En la última Encuesta sobre Discapacitados, Deficiencias y Minusvalías del INE de 1986 se decía que en la Comunidad de Madrid había 808.255 personas con minusvalías, sobre una población total de 4.852.678 habitantes, lo que representaba el 16,66%. Pues bien, el 27 de enero pasado, la consejera de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno del señor Ruiz-Gallardón, doña Rosa Posada, nos sorprendió con las cifras de discapacitados en esta Comunidad a 31 de julio de 1997, ¡agárrense!, 124.853. La población, según el padrón de 1996, era de 5.022.289 madrileños, con lo cual, el número de minusválidos descendió al 2,49% desde el 16,66% de 1986, o, lo que es lo mismo, 683.402 discapacitados menos. Una de dos, o aquí ha habido un milagrazo descomunal y masivo, y no nos hemos enterado, o, sencillamente, hay gato encerrado.La Comunidad donde vivo no quiere saber nada de la ayuda a domicilio para discapacitados, reduce la ayuda de bono-taxis, utiliza cada día más al voluntariado y a los objetores para reducir las prestaciones públicas, y un largo etcétera que camuflan con ese dominio del marketing que les permite contar como avances lo que no son más que retrocesos. Por todo esto, no es descabellado pensar que los 683.402 minusválidos madrileños desaparecidos o sanados -¿se imaginan en toda España?- sean sencillamente la excusa para reducir un poco más los dineros destinados a este colectivo.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de febrero de 1998