(...) Al mezclar hábilmente diplomacia con amenaza de uso de la fuerza, el presidente Clinton está dando al líder iraquí una última oportunidad para evitar un ataque aéreo de castigo. (...) Clinton debería agotar las opciones diplomáticas antes de ordenar la acción militar. Pero diplomacia no puede ser sinónimo de condescendencia. (...)Rusia anunció el lunes un plan para acordar el acceso de los inspectores de la ONU a un número limitado de palacios presidenciales. (...) Bagdad rechazó rápidamente la propuesta. (...) Pero, aunque Rusia e Irak llegaran a un acuerdo, el compromiso es inaceptable. (...) Washington debería comprobar si Rusia puede influir en Irak. (...) Si no, Clinton debería aumentar las presiones diplomáticas con dos acciones militares. (...) Una, para imponer la prohibición total de vuelos en Irak, extendiendo la zona de exclusión aérea. (...) Y dos, el bloqueo del ilícito y lucrativo transporte de petróleo iraquí desde Basora, a través del golfo Pérsico, a los Emiratos Árabes Unidos. (...) Al mismo tiempo, debería apoyar la recomendación de Kofi Annan, secretario general de la ONU, de permitir aumentar más del doble la ventas legales de petróleo para comprar alimentos y medicinas. Estos pasos deberían llevará las concesiones iraquíes, pero, incluso si no fuera así, demostraría que EE UU intentó cambiar la opinión de Sadam antes de iniciar un bombardeo.
3 de febrero
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de febrero de 1998