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El ministro admite ante el consejero que conocía de antemano el plan de contravigilancia policial en Bilbao

Dos horas de conversación sólo sirvieron anoche para que Jaime Mayor Oreja y Juan María Atutxa constataran sus discrepancias y los fallos de coordinación entre la Ertzaintza y los cuerpos de seguridad del Estado. La reunión, celebrada anoche en un restaurante a espaldas del Ministerio del Interior en Madrid, finalizó sin acuerdos concretos, aunque el ministro admitió que conocía de antemano la orden emitida por la Jefatura Superior de Policía de Bilbao para que sus agentes efectuaran labores de contravigilancia para evitar atentados de ETA contra concejales del PP, según informaron fuentes conocedoras del desarrollo de la reunión.Durante la cena, Atutxa manifestó a Mayor Oreja su disgusto por la puesta en marcha de la Operación Filtro sin avisar previamente a la Consejería vasca de Interior y en franca contradicción con los planteamientos acordados tras la actual escalada terrorista. A este respecto, el ministro aseguró al consejero que creía que la orden de contravigilancia sólo iba a dictarse de forma verbal y para ser puesta en práctica por la policía en zonas donde -al menos aparentemente- la cobertura de la Ertzaintza fuese menor.

Juan María Atutxa reiteró que, por el momento, la policía autónoma vasca se basta para garantizar la seguridad de los concejales, e insistió en que no le dolerán prendas para pedir ayuda si en algún momento lo considerara oportuno. A la vez, según las mismas fuentes, el consejero vasco se ratificó en que la protección directa -un escolta por cada cargo público- no es el único sistema que debe emplearse frente a ETA.

El único punto en el que coincidieron Mayor y Atutxa fue precisamente en la necesidad de terminar de una vez por todas con la actual descoordinación entre los diferentes cuerpos de seguridad.

Antes de la cena, el secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Martí Fluxà, y el viceconsejero vasco de Interior, José Manuel Martiarena, mantuvieron otra reunión, de carácter más técnico, para intentar solucionar las desavenencias. Los representantes vascos recordaron su demanda de que el Gobierno autorice un incremento de la plantilla de la Ertzaintza en otros 500 agentes y su participación en la comisaría conjunta hispano-francesa de Biriatou.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de febrero de 1998