Los primeros de la Liga, Barcelona y Real Madrid, están en crisis; ya llueve más en Andalucía que en la cornisa cantábrica; Izquierda Unida entrega sus archivos a una empresa privada... Llegan las cosas a tal punto que Sergio Marqués, el popular y pío presidente del Principado de Asturias, que el viernes presidió la inauguración de las obras del absurdo funicular interurbano entre Poncebos y Bulnes, llegó a entonar en público una copla anticlerical que dice: "El señor obispo no quiere que cantemos y bailemos; lo que sobran son obispos y capellanes". Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, llegado recientemente de acompañar al conservador Juan Pablo II en su viaje a Cuba, había tenido la ocurrencia de apoyar la manifestación del 12-F convocada contra la crisis que sufre el histórico Principado y hasta a decir que "Asturias tiene demasiada paciencia". Más parece todo esto el guión de una comedia de Billy Wilder o los sueños de los muñecos del guiñol de Canal + que la realidad de la "España va bien".-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de febrero de 1998