Estoy harto de que se gasten los impuestos que pago en ir al rescate de gente que, pese a todas las advertencias de las autoridades acerca del peligro, se lanzan en busca de aventuras excitantes. Entre sus familiares y amigos, por supuesto, mucha alegría en caso de que aparezcan con vida, pena en caso contrario. Pero ¿alguien se ha puesto a pensar en el coste de montar estos operativos de búsqueda y rescate? El movilizar a bomberos, Guardia Civil, policía, Protección Civil, servicios médicos, helicópteros, toda clase de vehículos , etcétera, ¿cuántos millones cuesta? Los helicópteros no vuelan gratis, ni circulan los vehículos sin gasolina. ¿Y las horas de trabajo del personal a sueldo? Que los busquen sus allegados y los que se quieran agregar voluntarios, pero cargando ellos con los gastos.Solidaridad es que todo este personal y equipos se dedique a ayudar a quien pasa apuros por causas de fuerza mayor, o catástrofes naturales. Pero los inconscientes que se lo buscan, allá ellos.
Ya se sabe, los deportes de riesgo, que los practique el que quiera, pero por su "cuenta y riesgo". Es como si el que se dedica al paracaidismo pretenda que los demás ciudadanos que no tienen nada que ver con él estén abajo con la red extendida por si las moscas.
Quizá esta carta debería ir dirigida a El País de las Tentaciones, sección 'Estarnos hartos...'.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de febrero de 1998