La reconstrucción del asesinato de la joven Andrea Arenas, llevada a cabo ayer por la mañana en el barrio del Bon Pastor de Figueres (Gerona), prendió la mecha del enfrentamiento entre las familias de la víctima y de la acusada, Raquel Fernández. Hubo amenazas y peleas, sofocadas por los líderes de la comunidad gitana sin que las numerosísimas fuerzas antidisturbios llegaran a intervenir.
La comunidad gitana de Figueres ha amenazado con aplicar la ley gitana ("sangre por sangre") al clan de Emilio Ortega, El Loco, principal acusado de la muerte de la joven, cuyos familiares se vieron obligados a abandonar el barrio de Figueres en abril de 1996. Ortega, a diferencia de su mujer, se negó a participar ayer en la reconstrucción del crimen.
La decisión de la acusación particular, que representa los intereses de Andrea Arenas, de responsabilizar también del asesinato a la esposa de El Loco puede elevar aún más la tensión en el barrio de Figueres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de febrero de 1998