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Afganistán sigue esperando la ayuda una semana después del terremoto

Cientos de familias que residen en el devastado poblado de Ghanj, en la región norte de Afganistán, continuaban esperando ayer bajo la lluvia y el frío la llegada de la ayuda humanitaria tras el seísmo de la semana pasada. Al mediodía aún no era visible ningún indicio de que los necesarios alimentos, medicinas y mantas estuvieran en camino. Nadie allí se atreve a predecir cuándo llegará el primer cargamento de ayuda.

Un representante de Médicos Sin Fronteras dijo a Reuters que el potente terremoto de 6,1 grados en la escala de Richter ha causado al menos 4.200 muertos. Muchos están aún desaparecidos en pueblos que quedaron incomunicados.

"Si no recibimos alimentos pronto, todos moriremos de hambre", afirmó Abdurahman, un residente de Ghanj de 35 años que perdió a su hermano y un sobrino.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de febrero de 1998