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Un hombre encierra 12 horas a su mujer y a su hijo sin comida

Un calvario de 12 horas. Rosa, de 23 años, y su hijo de cuatro permanecieron medio día encerrados. hasta que la policía les liberó en su casa de la calle de Italia, en Fuenlabrada (164.500 habitantes). El marido de Rosa, Óscar L. P., de 25 años, fue detenido bajo la acusación de detención ilegal, malos tratos y amenazas a su familia. Más tarde fue puesto en libertad bajo fianza. En el momento de la detención, el pasado sábado a las seis de la tarde, Óscar espetó a su mujer: "Rodarán cabezas".Según, la Jefatura Superior de Policía, Óscar, que trabaja como empleado de una bocadillería de la calle de Móstoles, en Fuenlabrada, salió de su casa a las seis de la mañana del sábado 7 de febrero. Vació la despensa y el frigorífico, y luego cerró con llave la puerta blindada.

La mujer despertó sobre las diez de la mañana, pero no pudo salir de casa. El cerrojo estaba echado y no había más llaves en el domicilio. A mediodía empezó a inquietarse, cuando comprobó que no había alimentos en la casa. Trató en vano de pedir ayuda a los vecinos al no disponer de teléfono en su piso, el séptimo B de la calle de Italia, 29.

A las cinco de la tarde acabó la pesadilla de Rosa. Por el portero automático llamaron sus hermanas. La mujer contó a sus familiares que había sido encerrada y que no podía salir del piso al no disponer de llaves. La madre de Rosa se presentó en la comisaría de Fuenlabrada en busca de ayuda, y las hermanas acudieron al bar donde trabaja Óscar para pedirle las llaves del piso. El hombre se negó a darlas.

Los agentes acudieron al establecimiento y le exigieron las llaves. Óscar se resistió a entregarlas, pero luego aceptó. Después fue detenido. La mujer había sido víctima de una situación similar hace 15 días. Su marido la encerró en el domicilio desde las nueve de la mañana hasta las tres de la madrugada del día siguiente. Óscar reconoció los hechos y justificó su comportamiento "por las frecuentes ausencias de su esposa". Según los vecinos, la pareja no se relacionaba con nadie desde que llegó a la casa, hace dos años.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de febrero de 1998