El ex jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, que controla el grupo televisivo Mediaset, se negó ayer a ser interrogado en Milán por el juez español Baltasar Garzón, quien le considera uno de los imputados en un supuesto fraude fiscal que afecta a la gestión de la cadena española Tele 5. Berlusconi no compareció ante Garzón, alegando que tras las acusaciones están los fiscales de Manos Limpias.
Garzón y los Fiscales anticorrupción españoles Carlos Castresana y Vicente González Mota se desplazaron ayer al Palacio de Justicia de Milán para interrogar a varios directivos del grupo televisivo de Berlusconi en relación con el caso Tele 5, cuyo 25% del capital está en manos de Berlusconi. El juez sí interrogó al hermano de Silvio Berlusconi, Paolo, y otros directivos: Ubaldo Livolsi y Adriano Galliani.
En lugar de Silvio Berlusconi acudió su abogado Ennio Amodio, con una carta en la que el ex primer ministro afirmaba que no podía "aceptar el interrogatorio porque la generalidad de las acusaciones y la singularidad de la rogatoria, basadas casi exclusivamente en actas de los magistrados milaneses (los fiscales de Manos Limpias) evidencian que la investigación española no nace de auténticas exigencias maduradas en las oficinas judiciales ibéricas".
La investigación se debe a un supuesto fraude fiscal de 2.000 millones de pesetas cometido entre 1990 y 1993, así como a la sospecha de que Berlusconi, mediante testaferros, llegó a controlar un 80% de Tele 5, cuando el tope legal es el 25%.
Garzón precisó que las investigaciones durarán todavía al menos un año. Rechazó las acusaciones de Berlusconi de que los jueces españoles le "persiguen" y negó rotundamente estar "dirigido" por los fiscales de Milán. A la pregunta de un periodista sobre si, era una toga roja (un juez comunista, de lo que acusa Berlusconi a los fiscales de Manos Limpias), Garzón dijo: "¿tengo cara de comunista?".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de febrero de 1998