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La resurrección de Benítez

El tópico -la reivindicación de un puesto como titular- es la punta del iceberg de la pequeña pero curiosa historia del delantero paraguayo Miguel Ángel Benítez en el Espanyol. Sus dos goles, el domingo en el campo del Betis, despertaron al equipo blanquiazul de su sequía y de su letargo. "Vamos a ver. Ahora el que tiene que comerse el coco es Camacho", aventuró Benítez en referencia a la incógnita que se abría sobre su continuidad en el equipo.

Hasta el pasado domingo Benítez había disfrutado de 295 minutos de juego en la Liga repartidos en 12 partidos.

La caída en desgracia de Benítez arranca de su obligado paso por el quirófano el pasado 27 de mayo por una lesión en el tobillo izquierdo. Unas manifestaciones en las que dijo dar prioridad a la selección de su país en sus objetivos para la presente temporada acabaron de hacer más delicada su situación. Camacho le abrió las puertas por si quería cambiar de aires. Pero el pasado 9 de enero, cuando todo parecía atado para irse al Sevilla, Benítez se hartó. de negociar y se plantó.

Empezó a tener minutos contra el Mérida el 1 de febrero. Se lesionó, pero no se mordió la lengua. "Necesitaría más continuidad". El pasado domingo, José Antonio Camacho explicó los motivos por los que no había contado antes con el jugador paraguayo: "Empezó la temporada lesionándose y luego se tuvo que marchar [con su selección]. Si actúa así todo el año, lógicamente tiene que jugar". Benítez le contestó: "He demostrado que puede contar conmigo". Hoy, ante el Atlético de Madrid, tendrá una nueva oportunidad de probarlo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de febrero de 1998