Del negocio al ocio. El café licor, que en sus orígenes fue la bebida que acompañó a pie de telar a la clase trabajadora, es ahora el caldo que acompaña, año tras año, a los Moros y Cristianos de la ciudad de Alcoy. De entre todas las bebidas espirituosas, los alcoyanos prefieren alegrar sus fiestas con la que fuera una de las claves de su historia industrial. A mediados del siglo XIX, tejedores y traperos de las industrias textiles de esta ciudad lograban mantener el cuerpo caliente y la mente despierta con este negro elixir. Los orígenes del café licor son poco claros, y como algunos grandes descubrimientos de la historia, éste también se asocia fundamentalmente a la casualidad. La mezcla casera de café con aguardiente de caña, ron o coñac ayudaba a paliar el efecto de las noches sin descanso y del frío invierno. Así, accidentalmente, surgió la bebida que con el tiempo llegó a denominarse café licor y que, a diferencia del popular carajillo, se consumía frío. De ahí resultó otra de sus denominaciones: cafè gelat. Su éxito entre las clases obreras lo catapultó a otras capas sociales, como la burguesía, que en un principio tenía vetado su consumo. El café licor siguió su progreso y empezaron a aparecer diferentes casas que lo elaboraban y comercializaban. De ser un producto clandestino, pasó finalmente a ser un distintivo más de la población. Hoy no hay moro o cristiano que se precie que no lo haya degustado para ponerse a tono antes de entrar en formación en la fiesta. Su alta graduación -17 grados- lo ha convertido en elemento base de infinidad de combinaciones. José Vicente Sancho, director de la firma Licores Sinc de Alcoy, enumera algunas de las más combinaciones habituales y consumibles a cualquier hora en las fiestas. Plis-play (con cola), Mentira (con granizado de limón) y Negreta (con cerveza). "Por las mañanas o después de las comidas hay quien se lo toma con leche condensada y algunas de las últimas aportaciones han sido mezclarlo con batido de vainilla u horchata", añade Sancho. "Para el aperitivo", agrega, "se suele tomar con gaseosa". La llegada de las fiestas de Alcoy hace subir la producción de este licor. Esta firma alcoyana puede llegar a distribuir hasta 70.000 litros de café licor en todas las fiestas, según su director. "La cantidad varía según la climatología. El buen tiempo siempre anima a consumir los combinados más típicos que son la mentira y el plis-play", explica. La tradición compartida de la economía textil y las fiestas de Moros y Cristianos ha facilitado la exportación del café licor a las cercanas poblaciones de las comarcas de El Comtat y La Vall d"Albaida. También ha llegado a La Safor, La Ribera y L"Horta bajo el nombre de burret, en alusión a la figura del animal que decoraba la botella de esta bebida. Al manual de licores propios de Alcoy se han sumado otros caldos "de trago corto o mañaneros", que no llegan a las cifras del café licor. "Así se conoce", explica Sancho, "a las bebidas que se toman en vasito pequeño y preferentemente a primera hora de la mañana". Se trata del Herbero, Cantueso y Biri-Biri. El primero es el de mayor graduación (35% de alcohol por litro) y surge de la mezcla de hasta 15 hierbas diferentes de la sierra Mariola con aguardiente. Algo más dulce y ligero es el Cantueso (30% de alcohol) y elaborado a partir de flores de la planta silvestre que da nombre al licor. "De la combinación de estos dos salé el Mesclaet", dice Sancho. La más ligera (22% de alcohol) y reciente es el Biri-Biri. "Es un licor entre seco y dulce, con un toque de naranja", señala Sancho. Otras combinaciones a partir de bebidas más internacionales han sido adoptadas en este manual de cócteles locales que consumen los participantes en la fiesta de Moros y Cristianos. La sonrisa alcoyana (whisky con granizado de limón) y alçapiu (menta con gaseosa), son las más populares entre estas combinaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de abril de 1998