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Tarragona acogerá las naves con armamento nuclear de la VI Flota

El puerto de Tarragona se convertirá en una base de aprovisionamiento naval de la VI Flota, que opera en el Mediterráneo, según el acuerdo que suscribirán en breve los Gobiernos español y de EE UU. El pacto permitirá que naves de propulsión y armamento atómicos, como el portaaviones George Washington, puedan atracar en las instalaciones catalanas.

Éste es el único puerto civil español que albergará por tanto tecnología militar nuclear, sumándose así a los puertos de Trieste (Italia); Marsella (Francia) y Creta (Grecia). El Gobierno de Estados Unidos ya ha solicitado formalmente a las autoridades españolas que amplíen el número de puertos en los que pueden fondear buques de propulsión nuclear y dotados de armamento de este tipo, según confirmó el pasado miércoles en el Congreso el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Fernando Villalonga, en respuesta a una pregunta de Nueva Izquierda. La petición verbal se la formuló el propio presidente de EE UU, Bill Clinton, a José María Aznar la pasada primavera durante su visita a Washington. Sin embargo, la firma del acuerdo requerirá la modificación del protocolo suscrito entre ambos países en 1996, que limita el atraque de naves al puerto de Rota, mientras que en los de Cartagena y Palma de Mallorca los buques deben fondear a varias millas.

Ventaja por calado

En principio, ni el PP ni CiU se oponen a la modificación del pacto para permitir que la VI Flota amarre en el puerto de Tarragona y, posiblemente, en el de Valencia. La ciudad catalana ha partido siempre con ventaja frente a otras instalaciones navales españolas para albergar una base permanente de avituallamien to de la VI Flota. Las dimensiones de sus muelles, las espléndidas comunicaciones y los servicios disponibles han jugado a su favor.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de abril de 1998

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