El tren de alta velocidad a Barcelona discurrirá por la comunidad madrileña por una secuencia de pequeños túneles y viaductos para reducir el impacto de esa línea férrea, según la Declaración de Impacto Ambiental. Este informe, publicado ayer por el Ministerio de Medio Ambiente, da luz verde al trazado previsto por Fomento, pero impone tres túneles (estaban previstos cuatro) y dos viaductos más, y señala que las obras no deben afectar a la época de nidificación de las aves, entre febrero y julio.
El trazado propuesto por Fomento lleva la nueva línea férrea en paralelo con las futuras M-50 y la autovía de peaje R-3, creando para ello un corredor por el que discurrirán esas tres infraestructuras. Los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente consideran viable esa propuesta, pero imponen una serie de condiciones. Señalan, en concreto, varias modificaciones, que incluyen la realización de dos viaductos y tres nuevos túneles o falsos túneles para disminuir el impacto de la línea férrea sobre el río Manzanares y su vegetación de ribera, la cañada real Galiana, la vega del río Jarama y el arroyo Anchuelo (véase gráfico).
Desde el Ministerio de Fomento restaron importancia a estas modificaciones en el trazado previsto -"la declaración de impacto suele aumentar los tramos en túnel y viaducto porque se considera que son menos impactantes", señalan-, así como el resto de las medidas orientadas a preservar la zona de especial protección para las aves (ZEPA) ubicada en el parque regional del Sureste. "El parque se cruza por la zona más estrecha. El problema en Madrid es que está rodeada de muchas ZEPA y no hay corredores, naturales para cruzarlas", afirman los técnicos de Fomento.
Para minimizar el impacto que los trabajos pueden tener sobre las poblaciones de cernícalo primilla, milano negro y halcón peregrino que anidan en el parque del Sureste, Medio Ambiente señala que "se deben evitar las voladuras desde primeros de febrero a últimos del mes de julio". Fomento ha adjudicado ya la redacción de los proyectos para el tramo Madrid-Calatayud y quiere iniciar las obras antes de que esté. Las previsiones del Gobierno son que se pueda viajar por AVE a Barcelona en el año 2002, pero la oposición de los grupos ecologistas puede dilatar las obras.
A pesar de las modificaciones impuestas por Medio Ambiente, Aedenat refrendó ayer su rechazo al trazado. "No creíamos que lo daría como viable. Es un trazado muy impactante, con desmontes y terraplenes terribles que van a destrozar el valle por donde discurre el arroyo Anchuelo. Es como la Alcarria madrileña, con pueblos tranquilos y un paisaje de labranza que quedará destrozado. Vamos a estudiar recurrir la declaración de impacto ambiental", afirmó Santiago Martín Barajas, de Aedenat.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de abril de 1998