Como corredor habitual del Maratón de Madrid, quiero destacar un hecho que presencié durante la carrera. Discurría la prueba por la calle de Aniceto Marinas (kilómetro 35) y ya llevábamos un tiempo soportando una tormenta. Este año, los que tenemos las marcas más altas de tiempo hemos sido los más perjudicados, ya que la temperatura, en pocos minutos, pasó de 17 a 6 grados y, aunque corríamos, íbamos tiritando de frío. Pero en la calle indicada sucedió un hecho que creo debe ser ensalzado. Sobre las 13.45, un atleta que iba delante de mí se desmayó de repente, cayendo al suelo totalmente empapado y con una gran tiritona. A un policía municipal motorizado que en esos momentos seguía la carrera le faltó tiempo para coger al atleta, llevarlo a la acera, ponerlo debajo de unos soportales, quitarse el chubasquero amarillo y la chaqueta y ponérselo todo encima. Posteriormente volvió a la moto y llamó a los servicios médicos, pero en ese periodo de tiempo, como se quedó en camisa, se encontraba tan empapado como nosotros, y todo por ayudar a un atleta.No me pude quedar con ningún detalle que lo pueda identificar. Es una pena, pero quiero que sepa que esta acción ha quedado grabada en mi memoria, como ejemplo de una gran acción solidaria.- . .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de mayo de 1998