El ambiente se ha caldeado demasiado en la UGT malagueña. A dos días del congreso provincial, oficialistas y críticos mueven hilos para conseguir el respaldo de instancias superiores y amenazan con documentos que comprometen a la otra parte. Ayer, unos 30 dirigentes de secciones sindicales afines al secretario provincial, Juan Antonio Triviño, se encerraron en el sindicato para reclamar que el confederal intervenga en la crisis y garantice "un congreso limpio". Los encerrados denunciaron que "las irregularidades en la elección de delegados de la Federación de Servicios Públicos han vulnerado la democracia interna".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de mayo de 1998