El dibujo ha sido hasta comienzos del siglo XX un elemento de trabajo, parte del proceso que acababa con el lienzo. Este carácter utilitario y la fragilidad de su soporte han hecho de él un bien escaso. El Museo de Bellas Artes de Córdoba, con casi 2.000 de estas obras en sus fondos, es el museo andaluz con más y mejores dibujos como lo demuestra la exposición que presenta hoy en el Bellas Artes de Sevilla. José de Ribera, Pedro de Campaña, Richard Ford, Mariano Fortuny, Sorolla y Romero de Torres son algunos de los artistas que están presentes en la muestra.
La exposición reúne 60 dibujos realizados entre los siglos XVI y XX y pretende ser una muestra de la amplia colección que posee el Museo de Bellas Artes de Córdoba. La colección, que incluye artistas españoles, ingleses, franceses e italianos, se inició en 1877 con las obras del pintor catalán afincado en Córdoba José Saló. "Hemos intentado que estén representados los artistas más significativos, las distintas épocas y técnicas, así como las distintas iconografías", explicó ayer Fuensanta García de la Torre, directora del museo cordobés y comisaria de la muestra que podrá verse en el Museo de Bellas Artes de Sevilla hasta el 28 de junio. "La mayoría de las obras no están expuestas continuamente, la sección de dibujos la cambiamos cada seis meses por la fragilidad de las obras", comenta la comisaria. La exposición, que ya pudo verse en Córdoba y está producida por la Consejería de Cultura, es la más completa que ha realizado el museo y el próximo otoño se presentará también en Granada. Apunte de un guerrero, una obra a plumilla de Luis de Vargas es la más antiguas de cuantas se cuelgan en la muestra que termina con algunos de los maestros del primer tercio de nuestro siglo: Sorolla, Ramón Casas, Julio Romero de Torres y Mateo Inurria, entre otros. Entre las piezas más valiosas destacan los dos papeles firmados por José de Ribera. "Sansón y Dalila es el dibujo preparatorio para un cuadro que Ribera pintó para el Alcázar de Madrid pero que, desgraciadamente, se quemó en un incendio en el siglo XVIII. Esta obra es el único testimonio que queda del lienzo", explica García de la Torre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de mayo de 1998