La fiscal mantuvo ayer que existen pruebas suficientes para condenar a los 14 agentes acusados de torturar en 1994 a tres jóvenes detenidos en Colmenar Viejo pese a la invalidez de las declaraciones tomadas a los procesados dentro de la investigación interna de la Guardia Civil.La representante del Ministerio Público explicó durante la lectura de su informe en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial que las declaraciones tomadas en la 112 Comandancia no tienen carácter probatorio, por lo que no son pruebas que afecten y dañen el resto de la instrucción. De esta forma, se opuso a la petición, que en su día realizaron las defensas, de anular las actuaciones debido a las irregularidades cometidas en la Comandancia durante la toma de declaraciones a los agentes.
Señaló que "las torturas son una de las manifestaciones más graves del Estado democrático ya que, entre otras cosas, atenta contra la dignidad humana". "Cuando hablamos de torturas no nos referimos a esos tormentos crueles de épocas pasadas, sino que hoy nos referimos a insultos, amenazas y golpes", añadió.
La fiscal, que durante su intervención en la vista pública, criticó el "juicio paralelo" seguido en la prensa, negó que los tres jóvenes, detenidos en Colmenar Viejo tras su supuesta participación en el altercado del pub Color, hayan actuado por venganza contra los agentes.
Recordó que hubo hechos tan graves como que uno de los procesados amenazó con una pistola a uno de los jóvenes y otro les obligó a desnudarse y a hacer flexiones. También destacó la existencia de un tal doctor tricornio, agente con la cara tapada, albornoz y guantes de boxeo, que asustaba y amenazaba a los tres jóvenes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de mayo de 1998