Izquierda Unida (IU) animó ayer a Osakidetza a que generalice el reparto de formularios del testamento vital entre los enfermos. El testamento vital es el documento donde una persona declara cómo quiere que se actúe con ella en caso de sufrir una enfermedad incurable e incluye las situaciones de base de la eutanasia. Existen tres clases de eutanasia: la pasiva, que es la no aplicación de las técnicas de mantenimiento; la indirecta, que supone la administración de calmantes para aliviar el dolor, pero a sabiendas de que, como efecto secundario, se produce el adelantamiento de la muerte, y la eutanasia activa, que es provocar la muerte de una persona a petición de la misma para evitar su dolor. El Código Penal español sólo castiga este último supuesto. El Gobierno vasco ha elaborado un informe sobre la viabilidad del testamento vital, donde expone las cautelas que se plantean para su eficacia por la ausencia de una regulación básica. Así, el parlamentario de Izquierda Unida Juantxo Domínguez indicó la posibilidad de repartir formularios suprimiendo el apartado relativo a la eutanasia activa. "No hay que confundir eutanasia con testamento vital", manifestó el parlamentario. Este documento se puede presentar ante un notario o ante la Iglesia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de mayo de 1998