En la plaza de Las Ventas, una torera toma la alternativa; en el escenario del Español, el mismo día -y los sucesivos-, una torera de teatro aguanta el tiempo, el miedo, los nervios antes de salir al ruedo. Personajes de este tiempo. La obra es de José Luis Miranda -nuevo autor-, como dice su empresario, el alcalde Manzano -el teatro es municipal, y también el Premio Lope de Vega que le avala-; en realidad, estrenó por primera vez hace 37 años (Cartas marcadas , Comedia, Madrid, 1961); tan duro es el teatro, tan difícil tomar la alternativa. Le dio tiempo a hacer, mientras tanto, la carrera de medicina. Tiene más salida. Por entonces debía ser ya niña prodigio Victoria Vera, en los cursos de Wlliam Layton. Sigue tersa y bella. Se viste de torera, o de torero, como se diga, ante nosotros. Lo hace con verismo, con estudio. Y vive su pasión. Sola en el escenario, esta torero cuenta la historia de su padre, la de su infancia y su lucha, y la de su amor, y la de quienes le rodean. Lo cuenta durante hora y media: el director Montesinos hace lo que puede para sostener la prosa, el relato, la interpretación. Pero algo nos cansamos, un poco más de lo que convendría.
En el hoyo de las agujas
La hora de la verdad, de José Luis Miranda. Intérprete: Victoria Vera. Dirección: Ángel F. Montesinos. Teatro Español.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de mayo de 1998