JAIME ESQUEMBRE Si el movimiento ciudadano es capaz de crear una plataforma para defender la escuela pública, será porque el sistema educativo está en peligro. Debe ser duro para unos padres explicar a sus hijos de tres años que no pueden ir al cole por culpa del presi Eduardo Zaplana, que no construye colegios y prefiere gastar los dineros públicos en subvencionar la escuela privada y en viajes a lo largo y ancho de este mundo para favorecer que los empresarios y un cantante de tangos vean crecer sus cuentas corrientes. Está generando riqueza, alega en su defensa, como si la educación de un pueblo no formara parte de la esencia misma de su riqueza. Padres y profesores han optado por encerrarse en las aulas en un desesperado intento de hacer oír sus lamentos. Pero tendrán que gritar muy alto, porque en el mejor de los casos el presi estará camino de Bruselas, Japón o vaya usted a saber en qué lugar del planeta promocionando naranjas, zapatos y esas baldosas que tanta falta hacen para construir colegios. Los primeros recelan de un decreto de adscripción de centros que disgregará a grupos de amigos que iniciaron juntos los estudios, que lo han compartido todo y ahora, a sus 14 años, serán dispersados en centros diferentes porque no hay instalaciones suficientes. Los segundos, algo más pragmáticos, reclaman que alguien les diga al menos qué materias tendrán que impartir el próximo curso, porque ni eso saben. Comprobado que este presidente y este conseller que nos han tocado en suerte no son amigos de reconducir posturas, recomiendo a los progenitores que organicen centros cívicos para favorecer el reencuentro semanal de esos grupos de amigos obligados a separarse, y a los profesores que tomen la iniciativa e incluyan una hora diaria para explicar a los alumnos la Constitución. Un ruego: no contaminen las mentes abiertas de los infantes y tachen con rotulador negro ese artículo de la Consti que reconoce como fundamental el derecho a una educación de calidad, universal, libre, pública y gratuita. Es mentira.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de mayo de 1998