Manuel Fraga se ha encontrado con la agradable sorpresa de que, sólo diez después de concluido su polémico viaje a Libia, Estados Unidos y la Unión Europea se han puesto de acuerdo para suavizar las sanciones económicas al régimen de Muammar el Gaddafi, además de a Irán y Cuba. El presidente de la Xunta recordó ayer que él ya ha visitado esos tres países y fue muy criticado por ello, pero ahora, recalcó, los hechos demuestran que "tenía razón".Los mayores varapalos a Fraga, que acudió a Libia acompañado de una delegación de empresarios gallegos, provinieron del PSOE, que le acusó de connivencia con un régimen al que se le han atribuido implicaciones en las tramas del terrorismo internacional.
Tras conocer que Washington ha accedido a no aplicar las leyes que pretendían sancionar a empresas de terceros países que invirtiesen en Libia, Cuba o Irán, el fundador del PP declaró ayer a Onda Cero: "Estamos llegando a muchos sitios los primeros, como se vio en los criticados viajes a esos tres países. Resulta que teníamos razón una vez más".
Fraga explicó que, tras el hundimiento del imperio soviético, es necesario aplicar nuevas estrategias: "La guerra fría terminó, ha comenzado una nueva etapa y en ella, como en todas, hay que ser flexibles en las ideas". En Libia, agregó, "se está haciendo un país" gracias al descubrimiento de petróleo y agua bajo las arenas del desierto, un fenómeno que consideró "fundamental para todos, especialmente para Europa".
Fraga visitó Libia durante los pasados días 3 y 8 y, aunque no logró entrevistarse con el líder de la revolución, Gaddafi, mantuvo contactos con el primer ministro y con varios miembros del Gobierno. El presidente de la Xunta condenó varias veces el aislamiento internacional de un país al que calificó de "amigo".
El viaje sirvió para que empresarios conserveros gallegos hiciesen gestiones a fin de vender atún a Libia y también para el inicio de conversaciones con el objetivo de importar gas de este país a Galicia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de mayo de 1998