Les escribo bastante disgustada porque ya soy mayor y, pese a no haber parado de trabajar toda mi vida, sin arredrarme nunca los obstáculos, precisamente ahora, cuando menos fuerza tengo, a mi vejez me surgen dificultades muy grandes en cuanto hace a problemas de caseros, alquileres y todas esas cosas tan molestas que tanta energía requieren.Yo desde estas líneas quisiera pedir a las autoridades, primero, y a los caseros, después, que hagan todo lo posible por facilitarnos los trámites de la gestión, pagos de alquileres, bancos, seguridad social y todo ese mundo que requiere una destreza de la que, casi todos nosotros, carecemos ahora.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de mayo de 1998