El insigne escritor gaditano, Fernando Quiñones, fue nombrado ayer hijo adoptivo de la ciudad de Cádiz en un acto que aprovechó para denunciar la situación de paro, miseria e infravivienda que padecen cientos de vecinos de la capital gaditana. Ante un abarrotado salón de plenos, repleto de personalidades del mundo de la cultura, la política y la sociedad, Quiñones centró su alocución en recordar los problemas más sustanciales de Cádiz. "No todo puede quedarse en historia, en belleza, en romanticismo exterior y en lavar la cara. ¡Eso no! Dueños de una grande y desgraciada parte de la población gaditana, paro y miseria exigen ser barridos, requieren dignidad de vivienda, de vida y la más despierta atención social y económica. Deben priorizarse los remedios de tanto quebranto", subrayó Fernando Quiñones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de mayo de 1998