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Tribuna:

El efecto Liaño

En los últimos meses se ha acuñado periodísticamente el término efecto, conociendo la sociedad, sin más que mentarlo, de qué se habla o de qué se escribe, siempre que vaya arropado del nombre que lo califica. Tenemos el efecto Bartolo, que se va y vuelve a recoger al secuestrador olvidado -coña marinera-. El efecto palangana que inventó Cela en un alarde de originalidad y que consiste en comer con ello y expresar su sonora satisfacción -coña ventosa-. El efecto Cascos, que es nombrar un presidente en una comunidad sin que se note, sin que haga lo que tú quieras y sin que se vaya aunque lo eches -recoña-. Hay más. Unos arrancan sonrisa, otros indignación. Ahora está el efecto Liaño, que es cómo un juez puede ser procesado por procesar en contra de la ley, según el Tribunal Supremo, lo que no alcanza a su presunción de inocencia y sí a la suspensión en sus funciones. Suspensión que quiere evitar Cardenal -fiscal general del Estado-, so pretexto de daños irreparables en la persona del procesado, porque los daños que pudo determinar la actuación de Liaño en asuntos archivados no son cosa suya por gordillos que fueran. Después de tanto tiempo observando el paraíso judicial, llama la atención que otro magistrado, Rico por dentro y por fuera, aunque sin más patrimonio que su dignidad y que nunca pisó el Arny, fuera suspendido, con el silencio de todos, incluidos corderos, en menos de 24 horas, cuando sólo estaba imputado, no procesado. Hay más. Hace meses que se archivaron las diligencias de la llamada Carretera de la Muerte, pues la Audiencia de Granada ha dicho que puede haber delito y añade: "Sin que se pueda descartar de forma absoluta y categórica la posible existencia de un delito de prevaricación". No creo que existan dos clases de jueces, los de Andalucía y los estrella, ni dos clases de presunciones, las no descartables que alcanzan a ciudadanos, funcionarios, políticos o jueces andaluces, y las descartables que permiten la no suspensión, al menos en la opinión de la cúpula cardenalicia. Liaño puede haber puesto de relieve con su procesamiento algo más. Es el efecto Liaño.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de junio de 1998