Nació en Teruel en 1930, se hizo médico en Salamanca y se diplomó en medicina tropical en La Sorbona de París. "Llegué al Congo en 1961, mientras huían los médicos blancos, pero me gustó tanto que me he quedado. Cuando hay tanta miseria, la medicina es maravillosa, porque es caricia y cariño", dijo ayer a este periódico desde Kinshasa. Ha sido leprólogo en Maleke, jefe de sanidad en el Sáhara y también ha escrito libros de divulgación sobre enfermedades típicas de zonas poco desarrolladas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de junio de 1998