Una gran placa colgada en una de las paredes del penal certifica que la Unidad Penitenciaria 1 de la capital federal (el Alcatraz bonaerense) fue inaugurada el 30 de abril de 1979 por el presidente Jorge Rafael Videla. El ex dictador argentino es hoy, ironía del destino, uno de los inquilinos de la unidad 16 de Caseros, contigua al edificio donde cumplen condena los presos de La Tablada. Lleva recluido dos semanas por uno de los crímenes más execrables: el robo y suplantación de identidad de hijos de las desaparecidas."Me da vergüenza tener a Videla de vecino", dice Roberto Felicetti, uno de los 11 condenados a cadena perpetua por el asalto al cuartel. "Es como si nos pusieran en pie de igualdad con el dictador. Aunque debo admitir que sentí una gran satisfacción cuando me enteré de que Videla está preso".
El penal de Caseros alberga a 1.300 reclusos, aunque sólo tiene capacidad para 1.100. Muchos de ellos están hacinados, ya que parte de la cárcel está semidestruida por los motines. Los 11 de La Tablada conviven con los presos comunes más peligrosos, con quienes mantienen una relación aceptable. "Nos respetan por lo que hicimos, y además somos un grupo numeroso y muy unido", explica Felicetti.
"Aquí hay gente que mató y asaltó bancos, pero nosotros nos atrevimos con uno de los principales cuarteles de Buenos Aires", asegura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de junio de 1998