El ministro del Interior francés, Jean Pierre Chevénement, dio ayer un primer balance de la actuación de la policía desde el comienzo de la Copa del Mundo: 700 personas han sido interrogadas por distintos motivos y 80 de ellas han sido puestas a disposición judicial. Once personas han sido expulsadas del país, atendiendo a la nueva legislación de expulsiones urgentes, al tiempo que a otras 500 personas se les ha negado el permiso para entrar en Francia. La policía concentra ahora toda su actividad en la prevención de posibles incidentes con motivo del Inglaterra- Argentina que se celebrará el martes en Saint Étienne.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de junio de 1998