ENVIADO ESPECIALBill Clinton continuó ayer con la tarea pedagógica que se ha impuesto en su histórico viaje a China. Siendo domingo, le tocó el turno a la religión. Clinton lanzó un mensaje a favor de la tolerancia religiosa en un país en el que decenas de predicadores católicos y protestantes están sometidos a trabajos forzados por negarse a poner sus iglesias bajo el obligatorio control del Gobierno. Hoy, en la Universidad de Pekín, el presidente de EE UU pronunciará el discurso más esperado de su visita. Versará sobre los derechos humanos.
MÁS INFORMACIÓN
"Creo que los chinos y los estadounidenses son hermanos y hermanas como hijos de Dios", dijo Clinton al dirigirse a los fieles congregados para la misa en la iglesia presbiteriana Chongwenmen, de Pekín, considerada el principal centro del protestantismo en China. "Creo", añadió, "que nuestra fe nos llama a buscar la unidad con la gente de todo el mundo más allá de las diferencias de razas, tradiciones y credos".La misa, a la que Clinton acudió acompañado por su esposa, Hillary, y su hija, Chelsea, comenzó con un incidente. Una mujer identificada luego como Chen Anbi, que no es miembro de la parroquia, corrió a lo largo de la iglesia en dirección al presidente de Estados Unidos, que estaba situado en el primer banco. Pero fue interceptada y expulsada por agentes de seguridad chinos antes de alcanzar su objetivo.
Clinton, no obstante, pidió hablar con Chen y lo hizo al final de la ceremonia. Según Mike McCurry, portavoz de la Casa Blanca, la mujer le dijo que apreciaba mucho el que haya venido a China y le contó que era "cristiana carismática", que "la religión une a la gente", y que "los líderes de China deberían ser más religiosos".
Muy sensible a la represión de la disidencia en China, la prensa estadounidense le preguntó a McCurry si así interpretaba la interceptación de Chen por parte de la seguridad china. "Si algún desconocido intentara dirigirse al presidente en la iglesia metodista de Washington, se produciría un episodio similar", tuvo que recordar el portavoz presidencial.
La disidencia y los derechos humanos ocuparán hoy un papel central en la última jornada en Pekín de Clinton. El presidente se dirigirá a los estudiantes de la Universidad de Pekín sobre las lecciones de Tiananmen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de junio de 1998