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CARTAS AL DIRECTOR

Delicioso

Dejemos de estar alarmados por la posible labor desintegradora de la educación bilingüe. Tengo constancia práctica de que, al menos en el ámbito familiar, favorece una entrañable y no menos contradictoria cohesión. Esta mañana, paseando por la playa, he oído a un niño exclamar: "Aíta burro". Delicioso y definitivo.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de junio de 1998