Dos guardias civiles fueron apedreados ayer por la mañana mientras custodiaban la alambrada fronteriza de Ceuta. Uno de ellos resultó con heridas de cierta consideración en la frente, aunque su estado no reviste gravedad. Los hechos sucedieron en la zona de Berrocal, junto a una de las alcantarillas que comunican el territorio marroquí con el español y que los contrabandistas suelen utilizar para pasar su mercancía. El gobierno ha decidido clausurarlas al conocer el hecho de que también estaban siendo utilizadas por los inmigrantes ilegales para llegar a la ciudad de Ceuta.Las piedras que hirieron a los guardias civiles fueron lanzadas desde territorio marroquí, ante la pasividad -según fuentes presenciales- de los soldados marroquíes que patrullan la frontera. No es la primera vez que un guardia civil resulta herido por la agresión de los matuteros, a quienes perjudican enormemente las restricciones fronterizas.
La decisión del Gobierno de aumentar las medidas de impermeabilización de la frontera está sembrando también cierta inquietud entre los comerciantes ceutíes, cuya principal fuente de ingreso procede precisamente de las ventas a los matuteros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de julio de 1998