El aviso de Aznar a los nacionalistas fue contestado ayer, aunque de forma matizada, en el curso que sobre los 20 años de la Constitución dirige en El Escorial el presidente del Congreso, Federico Trillo. Joaquim Molins, portavoz de CiU en el Congreso, llegó a decir que le suelen formular una pregunta trampa al exigirle que diga si se siente español. Molins respondió que él se siente español la mayoría de los días excepto cuando desde Madrid le dan "patadas en la boca".Antes, en su intervención, profundizó sobre el desarrollo constitucional y pidió que se ponga en marcha "la fórmula de la soberanía compartida". Según Molins, eso supondría la articulación de un pacto fiscal, la administración única, otro concepto de legislación estatal básica, una nueva concepción del Estado basada plenamente en la existencia de una pluralidad de lenguas, culturas y realidades nacionales, mecanismos de participación para Cataluña en las instituciones europeas y una reforma del Senado.
Xosé Joan González de Txabarri, en nombre del PNV, propugnó la reforma de la Constitución para consagrar el Estado plurinacional, hacer efectivos aspectos sociales que ahora son puramente nominalistas y suprimir el Senado. González de Txabarri no comprende las quejas de Aznar y sí observa actitudes inconstitucionales en la retención de competencias fijadas en el Estatuto de Gernika por parte del Estado.
La respuesta más explícita al presidente del Gobierno vino del diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, quien acusó a Aznar de buscar titulares de prensa con supuestos reproches a los nacionalistas al advertir que su política de debilidad y de entreguismo puede restarle votos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de julio de 1998