José María Jiménez, el escalador fantasioso del Banesto probó con una gran sonrisa un sillín diferente al que se verá encadenao durante tres semanas en la Vuelta a España. Sin embargo, el agradable paseo sobre dos ruedas y con conductora sólo le duró al ciclista abulense el tiempo para posar para el fotógrafo antes de que el pelotón saliera de Córdoba en dirección a Cádiz para cubrir la segunda etapa, la más larga, de la ronda española. Después, a sudar sobre la bici.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de septiembre de 1998