El culebrón del tren de alta velocidad (AVE) entre Nimes y Perpiñán sigue. Jean Louis Guigou, delegado de la DATAR, organismo responsable de cuestiones de planificación territorial, declaró ayer en Perpiñán: "No se ha tomado aún ninguna decisión sobre el trazado del AVE entre Perpiñán y Nimes", pero "todas las promesas que no hayan sido ratificadas por un comité interministerial de ordenación del territorio pueden ser replanteadas". La posición de la DATAR significa que no se sabe qué tipo de vía recorrerá el ferrocarril entre las dos localidades citadas. Si bien Guigou confirmó que antes de que acabe el año se habrá abierto el periodo de información pública respecto al tramo Perpiñán-El Pertus, que requiere importantes obras públicas pero no ofrece grandes problemas de expropiaciones o de carácter urbanístico, los apenas 200 kilómetros que separan Nimes de Perpiñán podrían no exigir vía especial. "El tren pendular puede que sea el más adecuado para cubrir este tipo de distancia, con menor coste y escaso impacto ecológico" dijo Guigou. Entre Perpiñán y la frontera, si se quieren respetar los plazos previstos, es obligado no sólo abrir ahora el periodo de información pública, sino que la declaración de utilidad pública se produzca también en un plazo inferior a dos años. El AVE llegará, con vía propia, hasta Nimes en 2001, mientras que la conexión hispano-francesa con idéntico ancho de vía no ha de estar acabada antes del 2004. Si el ministro de Transportes, el comunista Jean-Claude Gayssot, es partidario de la política favorecedora del AVE, la ministra de Medio Ambiente, Dominique Voynet, defiende los trenes pendulares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de septiembre de 1998