El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) denunciaron ayer por separado el grave deterioro de la situación humanitaria en Kosovo y el aumento de la represión en la región.El CICR acusó a las autoridades serbias de "uso desproporcionado de la fuerza" contra la población civil, y deploró el hecho de que ésta se haya convertido en la principal víctima de los combates entre fuerzas serbias y grupos insurgentes kosovares.
Según ACNUR, pueblos enteros en la región balcánica están en llamas, y 10.000 nuevas personas se han unido desde el lunes pasado a la cifra de 300.000 desplazadas de sus hogares por los combates.
El CICR informó de que los acontecimientos en Kosovo han tomado un giro terrible y la situación humanitaria ha alcanzado un nivel casi crítico para la población civil.
Según este organismo humanitario, las recientes operaciones militares han ocasionado una destrucción a gran escala y fuerzas serbias han bombardeado a civiles que buscaban cobijo en las montañas.
Decenas de miles de civiles han quedado atrapados por la escalada de los combates sin saber a dónde ir y sin protección posible, según el CICR.
El organismo denuncia asimismo las operaciones de separación de civiles para su identificación y los malos tratos y amenazas a que han sido sometidos durante los interrogatorios, y la ausencia de información dada a los familiares y amigos de los detenidos.
El CICR recuerda a las autoridades serbias su responsabilidad a la hora de garantizar la seguridad de la población civil y permitir que los heridos reciban los cuidados urgentes que requieren en los hospitales de Kosovo.
También pide a los representantes políticos de la población albanesa de Kosovo y al Ejército de Liberación de Kosovo que, por su parte, pongan fin a los asesinatos y secuestros de serbios, y que proporcionen información sobre las personas desaparecidas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de septiembre de 1998