El Ministerio de Cultura ha denegado a un contribuyente catalán la posibilidad de pagar parte de su deuda tributaria con el Estado con su colección de arte, pese a que la Generalitat había inscrito algunas de las obras en el catálogo del Patrimonio Cultural. Las piezas han sido embargadas, y el abogado del afectado ha recurrido la decisión del Ministerio.
M. A. P. decidió que su colección de arte, compuesta por óleos de pintores como Antonio Saura, Antoni Tàpies, Dalí, Picasso, Ismael de la Serna y Manuel Viola, entre otros, podía servir para pagar las liquidaciones que tenía pendientes en concepto de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondientes al ejercicio de 1993. Entonces, su deuda con el Estado ascendía a 64 millones de pesetas. Hoy, los intereses y los recargos por demora elevan a 130 millones la cantidad adeudada. Cinco años de procedimientos legales, recursos y estupor a raudales del propietario de las obras y su abogado, José Luis Rosillo, separan ambas cantidades. "Mi cliente y yo no entendemos que el ministerio se niegue a valorar y, por tanto, a aceptar como pago, siete cuadros cuyo interés ha sido puesto de manifiesto por la Generalitat", apunta Rosillo. Como única explicación al caso, el abogado sospecha que, si el Ministerio acepta el pago con obra, dejará de percibir los recargos que la deuda ha generado en este tiempo. "La mejor solución para ellos es embargarla y sacar la obra a subasta, con una valoración muy inferior a la real. Si la subasta quedara desierta, obtienen las obras a un precio mínimo", dice Rosillo. La sorpresa del cliente y del abogado se extiende también a la actitud de la Generalitat. "Se han negado a catalogar -paso previo para que el ministerio acepte el pago en arte- obras de calidad resaltada por catedráticos de arte, como Le chien de Goya de Saura, un Dalí y un Picasso".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de septiembre de 1998