¡Qué comienzo de curso!, ¡qué planificación tan ejemplar! De manual habrá que considerarla. Ahora me explico, y me justifico, el tanto insistir en lo necesario y útil de la programación, de la planificación, el tanto personal empleado en ello, los altos y medianos cargos, las mesas sectoriales convocadas, los acuerdos con ciertos sindicatos... Aprendamos... Todo para llegar a esto. En ciertos centros de Secundaria vagan los profesores como almas en pena, dando vueltas sin saber a qué atenerse, o simplemente esperan a que el embrollo se aclare. En los de Educación de Adultos pasa algo semejante: no se concretan los grupos ni se tiene idea de con quiénes o cuáles se cuentan para completar las matrículas o los horarios de las plantillas; añadiendo la cruda realidad de la amputación de sus posibilidades de actuación gracias a la eliminación de la opción del Graduado Escolar para el alumnado y al acuerdo "con dos sindicatos" que debe llevar a la desaparición de plantillas y centros a corto plazo. Pendientes de decisiones precipitadas para parchear y salvar el curso entrante como sea... Y gracias a que en algún caso sus profesores son obligados por el capataz de turno a planificar un trabajo que posiblemente ni realizarán, que si no estos sería un aburrimiento total. Pero nada de ello importa. Todo se pensó (planificó, recuérdese) para optimizar costes y gastos, para mejorar el rendimiento, para que lo público funcione con criterios de rentabilidad... Los sindicatos.. ¿Para qué sirven los sindicatos?... Ahí está el resultado. Enhorabuena. A repetir, que lo han hecho todos muy bien.- . .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de septiembre de 1998