La herida de Ana Belén no se debe a una sola cuchillada. El dolor que la obliga a encogerse cada vez que habla con una amiga en el hospital Ramón y Cajal responde a un mal mucho mayor y que sólo en lo que va de año ha generado ya 1.861 denuncias en la región. Es el maltrato a las mujeres.Palizas, cuchilladas, insultos, amenazas... El universo salvaje que rodea estas agresiones a duras penas lo alivia la Administración. Y Ana Belén lo sabe. Lo único que la salvó el martes pasado fue su determinación de enfrentarse a su ex marido, pese a ir desarmada.
"Pero no soy una valiente, yo sólo tengo miedo", confiesa.
Esta soledad que la asusta la ha convertido en una luchadora poco dispuesta a buscar refugio en una casa de acogida. Y ofertas no le han faltado. Ayer mismo, la directora general de la Mujer de la Comunidad, Asunción Miura, la visitó en el hospital para brindarle esta posibilidad.
MÁS INFORMACIÓN
Aunque Ana Belén declinó recibir esta ayuda, la directora general de la Mujer aseguró que volvería a insistir en la conveniencia de que se refugie en una de estas casas. Algo que ya en agosto pasado, nada más se supo su caso a través de los medios de comunicación, le fue ofrecido a la mujer, y que, según Asunción Miura, fue rechazado por Ana Belén.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de septiembre de 1998