Me encontraba la mar de entretenido leyendo la entrevista de un periodista al gran Gil, dueño y alcalde de las marbellas, en la que resumía la problemática de su PGOU con "esto pasa porque lo que les jode es que yo soy rico y ellos están tiesos". Me quedé atónito, no lo por lo del "jode" sino por lo de "tieso", que es una forma de estar provisionalmente de actualidad gracias a la viagra y, ahora, por la gracia de Gil, cuando tropecé con más divertimentos. Descubro que algunos políticos no quieren que el presidente de nuestra comunidad salga de viaje y favorezca el desarrollo económico de Andalucía. Un viaje transparente. Medios de comunicación a un lado, y la CEA, al otro, destacando su presidente, Álvarez Colunga. Pues nada, no agrada al portavoz del grupo parlamentario del PP, quien señala "que es extraño que se fotografíe bailando un tango"; lo que resultaría extraño, y de preocupar, es que Manuel Chaves se marcara una jota, una muñeira o una sardana en Argentina. Para tango el de este portavoz que, siguiendo la estela de su Bartolo, lo mismo se inventa un viaje en avioneta de Gaspar Zarrías con Gil que critica una misión comercial relevante y guarda silencio cuando el presidente Aznar, cónyuge y paddle al brazo, se pega una vuelta por Colombia y Perú, Amazonas y selva incluidos. No creo que sea éste el famoso viaje al centro que iban a recorrer, aunque para viaje al centro el que se ha dado el alcalde de Granada, también del PP, quien, tras el fracaso de su hijo en aparecer como director general de una empresa municipalizada del Ayuntamiento que preside, compensa su disgusto acordando levantar una estatua al primer alcalde del franquismo. Todo un detalle, estatua y posicionamiento de centro. Es más entretenido Gil, por lo menos te enteras de que es rico y que Gaspar Zarrías es del Atleti, pero lo que de verdad me duele es que mi hija, la que cuenta tres años, se ha hecho culé, lo que es duro en estos tiempos, aunque me consuelo porque aprenderá idiomas. Mejor seguir con la entrevista a Gil que no con políticos que levantan estatuas en su viaje al centro y se les olvida el Sur y el desarrollo de Andalucía, por el solo hecho de no pensar clónicamente. Estos otros divertimentos a veces no son tan divertidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de septiembre de 1998