El director de la campaña de Biodiversidad de Greenpeace, Ricardo Aguilar, se congratuló ayer del fallo del alto tribunal francés que suspende la autorización de comercializar maíz transgénico, y pidió al Gobierno español que retire las autorizaciones de cultivos y no siga haciendo la "vista gorda" ante el contrabando de esta variedad.Tras el veredicto francés, ya sólo quedan cultivos de maíz transgénico en Alemania (unas 500 hectáreas) y España, donde, según Aguilar, la multinacional Novartis ha facilitado simiente para plantar 12.000 hectáreas, la mayor extensión de Europa.
Aguilar entiende que el tribunal ha apoyado su decisión en que no se ha aplicado el principio de precaución si aparecían nuevos hallazgos científicos sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente de variedades modificadas genéticamente. Según Aguilar, Novartis ha comunicado su renuncia a utilizar estos cereales en sus productos dietéticos como medida preventiva.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de septiembre de 1998