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Crítica:

La escalera de Jacob

22.30 / Intriga / La 2Jacob's ladder. EE UU, 1990 (108 m.). Director: Adrian Lyne. Intérpretes: Tim Robbins, Elizabeth Peña.Lyne o la escandalera. El director de Atracción fatal, Proposición indecente o Lolita viaja a la guerra de Vietnam. Fiel a sus principios, lo hace con intenciones atronadoras. En un lugar recóndito del cerebro de Robbins anidan las secuelas de un cruel experimento. Unos viejos ensayos con una droga alucinógena, en teoría destinada a enardecer el ardor guerrero, hacen que el buen hombre pierda el sentido de la realidad. De hecho, el pasado, el presente y el futuro se emplastan en una mente incapaz de discernir cuándo sueña y cuándo está de imaginaria. De esta guisa, el director juega a combinar géneros, mezclar discursos y, en definitiva, poner de los nervios. La farragosa y, por momentos, brillante algarabía alucinatoria termina por fagocitar la película entera. De hecho, y tras marear infinitamente la perdiz, al final sólo queda una nítida sensación de qué-bemoles-ha-pasado-aquí . El caos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de septiembre de 1998