La reconversión en vía urbana de buena parte del tramo de la carretera N-II que transcurre por el Baix Llobregat requerirá una inversión de entre 3.500 y 4.000 millones de pesetas. La Mancomunidad de Municipios del Área Metropolitana de Barcelona (MMAMB) ha presentado ya el proyecto a los alcaldes de las localidades afectadas -Martorell, Sant Andreu de la Barca y Pallejà-, aunque aún no se sabe quién se encargará de sufragarlo. La transformación de la N-II en un paseo o avenida común para estos municipios será posible una vez que haya entrado en servicio la autovía del Baix Llobregat, prevista para finales de año. De esta manera, el tráfico actual de la carretera, de alrededor de 40.000 vehículos diarios, quedará reducido a unos 12.000 coches al día. Con tan corto periodo de tiempo por delante, es una incógnita qué Administración se encargará de poner el dinero. Dado el volumen económico que las obras requerirán, los tres ayuntamientos implicados apuestan por la llegada de ayudas de todas las administraciones posibles: el Ministerio de Fomento, la Generalitat y la Unión Europea. El proyecto, en cuya redacción han participado técnicos municipales, prevé la construcción de una calle de aproximadamente 12 kilómetros de longitud entre el nudo viario del puente de Quatre Camins, situado entre Molins de Rei y Sant Vicenç dels Horts, y Martorell. En los actuales tramos urbanos de la carretera se invertiría la actual prioridad, la circulación rodada, para dejar que los peatones ocuparan ese espacio, fomentando además las actividades de paseo y esparcimiento. Asimismo, se crearían nuevas zonas comerciales y de aparcamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de octubre de 1998