Los valencianos se ubican ideológicamente a sí mismos casi exactamente en el centro político. En una escala en la que el 0 representara la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha, los valencianos se sitúan en un 4,86, en el centro aritmético con un ligero sesgo hacia la izquierda. Sin embargo, el mismo cuerpo electoral coloca a los dos partidos que conforman la coalición de gobierno en el sector correspondiente a la derecha. El Partido Popular queda en un 7,12 y Unión Valenciana, algo más centrada, en el 5,93. Eduardo Zaplana también resulta considerado hacia la derecha del espectro y se sitúa en un 6,93, ligeramente más hacia el centro con respecto al partido que encabeza. El PSPV obtiene cuatro puntos en la misma escala y Esquerra Unida, 2,31. Así, la muestra permite inferir que una parte importante del electorado no se siente completamente representada por ninguna de las organizaciones que conforman el actual arco político en la Comunidad Valenciana. Tanto los electores del Partido Popular como los de Unión Valenciana se ubican más hacia el centro que los partidos a los que votan. Los votantes populares colocan al partido en un 7,04, pero se ubican a sí mismos en el 6,23. Los regionalistas, en la misma tendencia, colocan a Unión Valenciana en el 5,89 mientras que se colocan a sí mismos en el 5,38. Sin embargo, los socialistas colocan a su partido en un 3,82 muy próximo al 3,76 en que se ubican a sí mismos. Sólo en el caso de los votantes de Esquerra Unida la coincidencia es plena, 3,03. El pacto de gobierno entre populares y regionalistas es objeto de una consideración muy dividida. Mientras un 29% emite una opinión favorable y lo considera bien o muy bien, un 20% se inclina en sentido negativo y lo califica como malo o muy malo. Los electores de la provincia de Valencia son los más críticos hacia el pacto de gobierno mientras que en Alicante se concentra el mayor número de valedores del mismo. Como es lógico, los votantes populares y regionalistas son los que mejor consideran el acuerdo de gobierno. El apoyo es mayoritario entre los ciudadanos que votaron al PP en 1995: un 70% sigue considerando válido el acuerdo poselectoral que permitió a su partido acceder a la presidencia de la Generalitat. La tónica dominante, en todo caso, es una clara indiferencia hacia el acuerdo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de octubre de 1998