La Suprema Corte de Justicia de México, en una sesión interrumpida varias veces por manifestaciones de protesta, aprobó el miércoles por la noche el cobro de intereses sobre intereses en los créditos bancarios concedidos hace cuatro años; encareció de esta manera el pago de millones de préstamos y desencadenó una polémica nacional de grandes proporciones.El fallo afecta a 10 millones de familias, millón y medio de pequeños empresarios y comerciantes entre ellas, la mayoría incapaces de cumplir con la cuantía y vencimientos de los aumentos autorizados por el tribunal. Dirigentes de la organización El Barzón, que agrupa a cinco millones de deudores en mora, advirtieron que si no se soluciona el problema "soltarán" a la gente y convocarán protestas callejeras. De entrada, instaron a ignorar los deberes impositivos y los compromisos con los bancos. "¡Voy a perder mi casa!", lloraba Luis María Rosado en las escalinatas de la Corte de Justicia. Otros también lo hacían, aunque la mayoría de los manifestantes gritaba contra "la usura de los banqueros".
El cobro de intereses sobre intereses, conocido como anatocismo, amenaza con complicar la situación mexicana. El sistema crediticio, salvo pacto en contrario, establece que durante los siete años posteriores a la concesión del crédito, quien lo toma únicamente abonará los intereses, y terminado ese periodo comienza a amortizar el principal. Millones de deudores mexicanos consideran que ya pagaron lo suficiente porque las tipos son variables y en estos últimos años han pagado casi un 150% por encima del préstamos adquirido sin haber amortizado nada. Pero el principal negocio de los bancos es cobrar los intereses, y la sentencia de la Suprema Corte de Justicia permite que los intereses que muchos no quieren o no pueden pagar a los bancos pasen a formar parte del principal. Un crédito de 1.000 pesos con unos intereses mensuales de 35 quedaría convertido en un préstamo de 1.035 pesos si el rédito no se paga, y los nuevos intereses se calcularían sobre la cantidad total.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de octubre de 1998