Los programas de la decena de partidos inscritos en estas elecciones ocupan cientos de páginas y se comprometen en miles de millones de inversiones. La discusión política, sin embargo, es otra. Los dirigentes de todas las formaciones, tanto autonómicos como estatales, se enfangan cuando bajan a la arena a comentar su posición sobre tres asuntos determinantes: ¿Es necesaria una reforma de la Constitución y del actual marco jurídico con que se gobierna en Euskadi, el Estatuto de Gernika?; ¿Quiénes son partidarios de la autodeterminación o de la independencia del País Vasco? y ¿Qué significa realmente la tregua anunciada por ETA el pasado 16 de septiembre, apenas medio mes antes del comienzo de la campaña electoral?
Ésta es la discusión y sobre eso disertan a diario todos los candidatos. El resultado de ese debate divide el panorama claramente en dos. Los partidos de corte nacionalista quieren reformar la Constitución, abogan por la autodeterminación y creen en la tregua. El matiz se encuentra en su manera de hablar más o menos abiertamente sobre el asunto y en la fecha que fijan para lograr esos objetivos. Los partidos de ámbito estatal no quieren saber nada de retocar la Carta Magna y, en todo caso, se lo plantean por los cauces reglamentarios y mediante un absoluto consenso. Rechazan la autodeterminación y la independencia y no se fían de ETA ni siquiera en tiempos de tregua.
El PNV, que se negó a colaborar en este cuestionario, prefirió que se entresacasen sus tesis de las declaraciones realizadas a la prensa por sus principales dirigentes. EH tampoco facilitó su versión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de octubre de 1998