El Consejo de Ministros adoptará hoy un acuerdo por el que se autoriza la participación española en el ataque aéreo de la OTAN contra Serbia, si fracasan las gestiones diplomáticas para frenar el conflicto de Kosovo y lo ordena el Consejo Atlántico.
El acuerdo, cuyo contenido concreto aún se perfilaba ayer tarde, autorizará previsiblemente a los ministros de Defensa y Exteriores, Eduardo Serra y Abel Matutes, a contestar positivamente al requerimiento de la OTAN, que ha solicitado a España que contribuya a la operación con cuatro cazabombarderos F-18 y un avión nodriza de reabastecimiento en vuelo Hércules KC-130, actualmente desplegados en la base de Aviano (Italia).
El Ejército del Aire dispone además de cuatro F-18 más alertados en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), que podrían trasladarse en cualquier momento a Aviano para participar en el ataque, si es necesario, o para relevar a los otros cuatro en la misión de vigilancia del espacio aéreo de Bosnia-Herzegovina.
Es previsible que el acuerdo del Consejo de Ministros encargue también al ministro de Economía, Rodrigo Rato, que facilite los fondos necesarios para sufragar la operación.
Orden de atacar
El pasado día 1, la OTAN dirigió a los países miembros un cuestionario denominado act request, en el que pedía que confirmasen su contribución a la fuerza que se está formando, lo que convierte en compromiso firme los anuncios realizados informalmente hasta ahora.Una vez recibidas las respuestas, el Consejo Atlántico podría aprobar en cualquier momento el act order, que supone la transferencia de la fuerza al jefe supremo de la OTAN en Europa, el general norteamericano Wesley Clark, quien podría ordenar el ataque en el momento que considerase más oportuno desde el punto de vista militar.
Las mayores dificultades con que tropieza la OTAN para adoptar esta decisión están en la situación interna de Alemania, que requiere la aprobación de su Parlamento para participar, e Italia, sumida en una crisis política por la tensión entre el Gobierno de Romano Prodi y sus aliados de Refundación Comunista. La posición de Grecia, la más delicada por su proximidad geográfica y sentimental a Serbia, se obviará manteniéndola al margen.
Fuentes aliadas señalaron que, aunque teóricamente la aprobación del act order deja la decisión de atacar en manos exclusivamente militares, el control político se mantendrá en todo momento. El objetivo es lograr que Slobodan Milosevic ceda ante la exhibición de fuerza y, si es posible, sin llegar a emplearla.
El ministro Serra manifestó ayer que "ojalá no sea necesario el uso de la fuerza", pero "si queremos que se arregle la situación, la amenaza debe ser creíble". Su colega de Exteriores, Abel Matutes, esgrimió el lunes en el Congreso "el derecho de injerencia humanitaria" para realizar el ataque sin un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de octubre de 1998