La indignación que me ha producido el artículo que aparece en EL PAÍS del pasado 5 de octubre sobre la crueldad hacia los animales domésticos me obliga a escribir esta carta. Les felicito por publicar semejante artículo, pues es necesario que los ciudadanos se enteren de los comportamientos de tortura medieval a otros seres vivientes que aún ocurren en este país.Por otro lado, es triste y vergonzoso que nuestra ministra de Agricultura todavía no haya aprobado el proyecto de ley de protección animal y que aún se encuentren cuatro comunidades autónomas que carecen de todo tipo de protección hacia los animales.
Por mucho que nos enorgullezcamos de pertenecer a la Unión Europea, mientras no tengamos una ley de protección animal, y mientras ocurran barbaridades como las que describe su artículo, no dejamos de ser un país incivilizado.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de octubre de 1998