A Carlos Castiblanques Larios, el hombre de 55 años que perdió la vida en la explosión de una nave industrial de Macastre (La Hoya de Buñol) el pasado miércoles, le quemaron el vehículo en dos ocasiones. Además, este hombre se había mudado tres veces de domicilio en la ciudad de Valencia por las amenazas que recibía. Primero residió junto a la avenida de Aragón, de allí se marchó a la zona del Mercado Central y finalmente se trasladó a su última residencia, en el paseo de la Petxina. Así lo confirmaron ayer algunos vecinos de Siete Aguas, donde el fallecido había alquilado un chalé. Castiblanques estaba fichado por la Policía ya que tenía antecedentes por cheques descubiertos y estafas, y estaba requerido por un juzgado. La Policía Judicial de la Guardia Civil en Valencia, que se ha hecho cargo de la investigación, está convencida de que la explosión fue provocada, para cobrar el seguro o por un ajuste de cuentas entre delincuentes. Creen que el muerto participó en el siniestro y siguen buscando a un supuesto cómplice, cuya huida fue presenciada por un testigo.La Guardia Civil inspeccionó ayer la nave, que estaba alquilada, para buscar posibles restos de un artefacto, pero no descarta que se produjera por manipulación de sustancias inflamables.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de octubre de 1998