Soy un vecino del municipio madrileño de Galapagar que, al igual que el resto de vecinos, sufre las consecuencias del abandono, la desidia y la dejadez por parte de las autoridades municipales. En un municipio que tiene aproximadamente 18.000 habitantes, con un porcentaje muy alto de parejas jóvenes y de niños de corta edad, es indignante que no exista un parque público con el debido equipamiento e instalaciones.
El parque público con el que cuenta actualmente el municipio se asemeja mucho a cualquier prado de los que circundan el municipio, ya que carece prácticamente de arbolado, de césped y de las instalaciones y equipamiento que debería tener un parque que presta servicio a este volumen de población.
Esperamos que las autoridades municipales sean conscientes de todos estos problemas y tomen las medidas encaminadas a su solución.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de octubre de 1998