La directora general de Patrimonio, Carmen Pérez, ha vuelto a cambiar de opinión en lo que respecta a conservación de entornos declarados BIC (Bien de Interés Cultural) de Alicante. Si hace un mes desautorizaba el informe de su propio departamento que desaconsejaba la ubicación del Palacio de Congresos en el monte Benacantil, la semana pasada contradijo la amonestación que ella misma realizó al Ayuntamiento de Alicante a principios del verano por el recrecido -sin el permiso preceptivo- de la mureta de la plaza de Quijano, en el área de influencia del BIC del Convento Monjas de la Sangre. El concejal de Servicios y Mantenimiento de Alicante, Enrique Montalvo, del PP, ordenó en junio de 1997 la recrecida de la mureta y la instalación de unos columpios y juegos infantiles sin que mediara un proyecto previo y sin solicitar el informe preceptivo a Patrimonio, que depende de la Consejería de Cultura de la Generalitat. El presidente de la Asociación de Amigos del Casco Antiguo de Alicante, Francisco Huesca, denunció los hechos en los servicios territoriales de Cultura, y el arquitecto de Patrimonio Artístico, Santiago Varela, elaboró un dictamen contrario a las obras realizadas. En junio de 1998, la directora general, Carmen Pérez envió al Ayuntamiento de Alicante una misiva en la que solicitaba que le fuera entregada la memoria del proyecto en el plazo de diez días o, de lo contrario, decretaría que la plaza "volviera a su situación original". El pasado 20 de octubre, sin embargo, el Síndic notificó a Huesca que la directora general había autorizado la memoria, redactada un año después de las obras al conocerse su requerimiento. Francisco Huesca señaló al respecto que "el cambio de opinión de Pérez se debe, evidentemente, a que ha primado los intereses del partido sobre la normativa vigente de protección de bienes culturales".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de octubre de 1998