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El Supremo ratifica las penas por el crimen de Costa Polvoranca

José Cristóbal Castejón, El Mallorquín, es el autor del homicidio que costó la vida al vecino de Alcorcón Ricardo Rodríguez, de 20 años, el 21 de mayo de 1995 en la zona de copas Costa Polvoranca. La Sala Segunda del Tribunal Supremo ratificó ayer de este modo la sentencia dictada el 7 de mayo de 1997 por la Audiencia Provincial de Madrid, que condenó a El Mallorquín a 23 años de cárcel (18 años por el homicidio y cinco por lesiones).El fallo del Supremo ratifica, además, la inocencia de los otros cinco inculpados y la condena de 18 meses a Alberto Villar Benito, El Chema, por golpear con la culata de una pistola a la víctima cuando estaba en el suelo moribunda.

El Tribunal Supremo desestima en su sentencia los recursos del abogado de El Mallorquín, que pedía su libre absolución, y de la acción popular. Ésta la ejercía el Movimiento contra la Intolerancia y solicitaba la condena por asesinato. El Tribunal Supremo considera que se trató de un homicidio, pues no hubo alevosía. "Tenemos un sabor agridulce con el fallo del Supremo. Se ha condenado de nuevo la violencia urbana, pero se ha dejado sin culpar a cinco compañeros del homicida, que también intervinieron en la pelea en la que murió Ricardo Rodríguez", explicó el presidente del movimiento, Esteban Ibarra. Éste descartó que su asociación fuera a apelar al Constitucional.

El abogado de El Mallorquín, Javier Saavedra, prefirió ayer no pronunciarse sobre la sentencia hasta haberla leído detenidamente.

La sentencia de la Audiencia Provincial, ahora ratificada, consideraba probado que El Mallorquín agarró por la espalda a Ricardo Rodríguez, cogiéndole por un collar de tachuelas que llevaba, y le asestó una puñalada en el pecho. La cuchillada le fracturó el esternón y le partió el corazón en dos. Todo se inició, según el fallo, por "una pelea entre bakaladeros y punkies". Cuando cayó al suelo, Ricardo recibió más de una treintena de patadas y puñetazos por todo el cuerpo. En la reyerta también resultó herido en la pierna Raúl Tomillo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de octubre de 1998